30 junio 2005

Paso a Paso


He mirado aquello que he recorrido; nunca creí que mis huellas fueran a marcarse en el asfalto y me he dado cuenta que, sin embargo, las plantas de mis pies han encallecido; porque no han sido mis pisadas las que dejan estela, sino el camino el que me ha marcado.

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Del camino recorrido Que a mi espalda ha quedado, Quedan luchas sin coraza, Padeceres que no amargan; Quedan vidas que, cruzadas, Han dejado en mi mente Citas ciertas y esperanzas. De esa vida que es camino, Y del camino que aún falta Queda incierto algún motivo Y aún certera mi esperanza. Y mis pasos han quedado… ¡Ahí atrás quedan pisadas! Recogidas por el viento Son hoy huellas ya olvidadas.

29 junio 2005

Tormento

Supeditado a las intransigencias del carácter, las Furias se apoderan de los actos y recrean como bacanal irracional una tempestad del temperamento que estalla y hace perder en desigual lucha la razón, y con la razón la dignidad, y con la dignidad el sosiego e irrefrenablemente, la cordura. Bien explicaron en su acertada cosmogonía los antiguos la capacidad de la incesante Alecto para atormentar el espíritu de quien, enfermado por las vicisitudes que le superaron, se ve atacado por las portadoras de la antorcha. No hay sosiego. Mortales somos. ¡Oh dicha!, ¡oh esperanza en la fortaleza del espíritu!

28 junio 2005

NO A LAS PATENTES DE SOFTWARE



«1) El voto en la Segunda Lectura de la directiva de Patentes de Software será en 7-9 días laborables, del 5 al 7 de Julio.

»2) Los lobbys en Bruselas son fuertes, actualmente hay más presión de las compañias pro-patentes sobre los Europarlamentarios. El lobby pro-patente tiene sobre 30 lobbys más que nosotros, principalmente haciendo de portavoces de las PYMEs.

»3) Se necesita de su colaboración, en http://noepatents.eu.org mantenemos una lista de lo que Vd. puede hacer. Sobre todo aconsejamos que vea a su EuroParlamentario pronto y, si puede, que visite la conferencia Economic Majority el 29 de junio en Bruselas http://www.economic-majority.com/konf050629/.

»Por favor decide pronto venir a la conferencia, así podremos organizar con anterioridad una fecha con su Europarlamentario o con su asistente.»


Por qué:

La Directiva de Patentes de Software Europea, tal y como ha sido aprobada por el Consejo de Ministros Europeo, aplicaría el tipo de Patentes de Software de los EE.UU. en la Unión Europea.

Si esto ocurriese, los desarrolladores de software no podrían ser propietarios del código que escribiesen y podrían ser demandados por vender o distribuir su propio software.

Esto no sólo pondría en peligro su trabajo, sino todo el sector Europeo del software. Las patentes basadas en la lógica pura podrían incluso restringir la libertad para publicar.

El 6 de julio, el Parlamento Europeo dispondrá de la última oportunidad para evitar ésto. Para lograrlo, 367 de los 732 miembros deberían estar presentes y votar por las enmiendas correctas.

Cómo puedes ayudar
Únete a esta manifestación en la web (pinchando en el banner de más arriba encontrarás más enlaces).
Empresas: entren en economic-majority.com y firmen la Call for Action III.

Nimiedades


Sin conocer intrincados laberintos matemáticos nos deleita la geometría del paisaje y a la vida nos trae la alternancia de los ciclos permutándose y construyéndonos como divinas proporciones; sin atisbar la profundidad física de nuestra existencia miramos a los astros y nos maravillamos de la constitución cutánea de aquello que nos circunda; sin ser doctos en la química de todo este sistema, nos sorprende la mágica combinación de los elementos y su básica mixtura de esencias. Y cuando miramos desde la óptica científica, cuán pequeños somos como elemento constituyente del gran cosmos al que pertenecemos. Sólo aquello que nos hace únicos, incluso a partir de la misma insignificante esencia, nos resuelve grandes como ángeles que son capaces de entrever pequeñas claves de creación.

27 junio 2005

Descifrar El Día

Arbol
Descifrar el día es la labor titánica en la que se reta al designio: asimilar lo ejecutado, responder ante lo decidido… ofrece los dorados frutos de conocer sus claves; en el empeño de interpretar el fabuloso jeroglífico de nuestra existencia todo lo superfluo desaparece y la aparente nimiedad cobra nuevas dimensiones.

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¿Qué es la vida de un individuo?
Sin duda, miles de personas pueden hablar
sobre el hombre, sobre lo que hizo y deshizo.
Un poema es algo menos; pero miles pueden disfrutarlo o criticarlo.
¡Amigo, sigue viviendo, sigue escribiendo poemas!

Epigrama,
de Johann W. von Goethe

26 junio 2005

Estío

En la campiña clama el estío con su abrasador aliento de mediodía, donde tan sólo una elíptica figura rompe la quietud brindando el magnánimo blanco de su navegar en el océano de brisas apaciguadas al batir sus alas con la parsimonia que el paisaje impone. Mis pensamientos la siguen más allá de mi vista, elevándose sobre la pesadez que en el entorno impera deseando liberarse de la conformidad circunscrita al momento de abrasadora quietud.

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La fuerza que por el verde tallo impulsa a la flor
impulsa mis verdes años; la que marchita la raíz del árbol
es la que me destruye.
Y yo estoy mudo para decirle a la encorvada rosa
que la misma fiebre invernal dobla mi juventud.

La fuerza que impulsa el agua entre las rocas
impulsa mi roja sangre; la que seca los arroyos parlantes
vuelve cera los míos.
Y yo estoy mudo para contarle a mis venas
cómo la misma boca bebe del manantial de la montaña.

La mano que arremolina el agua del estanque
remueve las arenas; la que amarra las ráfagas del viento
iza mi vela de sudario.
Y yo estoy mudo para decirle al ahorcado
que el barro del verdugo está hecho de mi arcilla.

Los labios del tiempo sorben del manantial;
el amor gotea y se acumula, mas la sangre vertida
calmará sus pesares.
Y yo estoy mudo para decirle al viento en la intemperie
cómo ha trazado el tiempo un cielo entre los astros.

Y yo estoy mudo para decirle a la tumba de la amada
que en mi sábana avanza encorvado el mismo gusano.

La Fuerza Que Por El Verde Tallo Impulsa La Flor,
de Dylan Thomas

25 junio 2005

Alternancias

Espigas
Encontrarás días albos en los que el espíritu se impregne de voluptuosa exaltación de vida y, sumido en impetuoso ánimo, acometa cualquier trabajo sin arduo encuentro; como encontrarás los días en los que todo camino es encrucijada y los pasos, pesados, sean de incierto caminar. Entre unos y otros tus pensamientos serán de lúcida ensoñación o densa pesadumbre, sólo depende de nosotros la lucha cotidiana por la que las encrucijadas sólo son alternancia de caminos.

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¿Quién, si yo gritase, me oiría desde los coros
de los ángeles? Y aún suponiendo que alguno de ellos
me acogiera de pronto en su corazón, yo desaparecería
ante su existencia más poderosa. Porque lo bello no es sino
el comienzo de lo terrible, ése que todavía podemos soportar;
y lo admiramos tanto porque, sereno, desdeña destruirnos.
Todo ángel es terrible.
…Y así me contengo, sofocando el llamado seductor
de oscuros sollozos. Ay, ¿a quién podemos
entonces recurrir? A los ángeles no, a los seres humanos, tampoco
y los astutos animales advierten ya
que no estamos muy confiados y como en casa
en el mundo interpretado. Tal vez nos queda todavía
algún árbol en la ladera que podamos contemplar
de nuevo cada día; nos queda la calle de ayer
y la mimada fidelidad de una costumbre
que se complació en nosotros y así permaneció y ya no se fue.
-
Oh, y la noche, la noche, cuando el viento lleno de espacio sideral
nos muerde el rostro; ¿a quién no le queda al menos ella, la anhelada,
que nos decepciona suavemente y con esfuerzo aguarda
al corazón de cada cual? ¿Es la noche más leve para los enamorados?
Ay, ellos sólo se ocultan uno al otro su destino.
-
¿Aún no lo sabes? Arroja desde los brazos el vacío
hacia los espacios que respiramos; quizá de modo que los pájaros
sientan el aire ensanchando con un vuelo más íntimo.

— Sí, al parecer las primaveras te necesitaban.
Algunas estrellas te exigían que las percibieras.
En el pasado se levantaba, acercándose, una ola
o cuando pasabas tú junto a la ventana abierta
se entregaba un violín. Todo eso era misión.
¿Pero pudiste con ello? ¿No estabas todavía
distraído por las expectativas como si todo
te anunciara una amada? (¿Dónde quieres albergarla,
cuando grandes y extraños pensamientos entran y salen de ti
y a menudo se quedan por la noche?) Pero,
si te abruma la nostalgia, canta a los amantes; mucho falta todavía
para que su célebre sentimiento sea lo bastante inmortal.
Y a esos abandonados que tú casi envidias y a quienes encontraste
aún más capaces de amar que a los satisfechos.
Una y otra vez recomienza la alabanza inalcanzable;
piensa: el héroe perdura y hasta su mismo ocaso
fue para él sólo un pretexto para ser: su último nacimiento.
Pero la naturaleza, agotada, recoge de vuelta a los amantes
en su seno, como si le faltaran las fuerzas
para llevar a cabo dos veces la tarea. ¿Has pensado bastante
en Gaspara Stampa, para que así alguna muchacha
a quien dejó su amado, ante el ejemplo señero de esta amante,
sienta: y si yo llegase a ser como ella?
¿No deberían, al fin, hacérsenos más fecundos estos viejos dolores?
¿No es tiempo ya de liberarnos, amando, del amado
y de resistir estremecidos, como resiste la flecha a la cuerda,
para ser, concentrada en el salto, más que ella misma?
Porque no hay permanecer en parte alguna.

— Voces, voces. Escucha, mi corazón, como antaño
sólo escuchaban los santos, de tal modo que el llamado gigantesco
los alzaba del suelo; pero ellos, los imposibles,
seguían ahí de rodillas, indiferentes:
Así estaban escuchando. No es que tú puedas soportar
la voz de Dios, ni mucho menos. Pero escucha el soplo,
el mensaje incesante que se forma del silencio.
Ahora susurra hacia ti desde aquellos jóvenes difuntos.
Donde quiera que entraste, ¿no te habló quedamente
su destino en iglesias de Nápoles y Roma?
¿O se te impuso, sublime, una inscripción en relieve,
como recientemente esa lápida en Santa María Formosa?
¿Qué quieren ellos de mí? En voz baja debo deshacer
la apariencia de injusticia que limita un tanto a veces
el puro movimiento de sus espíritus.

— Por cierto que es extraño no habitar más la tierra,
no seguir practicando las costumbres apenas aprendidas,
no dar el significado de un porvenir humano a las rosas
y a tantas otras cosas llenas de promesas;
no seguir siendo lo que uno era
en unas manos infinitamente angustiadas
o incluso dejar de lado el propio nombre
como un juguete destrozado.
Es extraño el no seguir deseando los deseos. Es extraño
ver ondear libre en el espacio todo lo que antes se amarró.
Y el estar muerto es laborioso y tan lleno de recuperaciones
que sólo lentamente percibe uno algo de eternidad. Pero los vivos
cometen todo el error de distinguir con demasiada vehemencia.
Los ángeles (se dice) no sabrían a menudo
si andan entre los vivos o los muertos.
A través de ambas regiones el eterno fluir
siempre arrastra consigo a todas las edades, acallándolas.

Por último, ya no nos necesitan ellos, los que se fueron temprano;
suavemente uno se va desacostumbrando de lo terrenal, así como
se emancipa con ternura de los pechos de la madre. Pero nosotros,
que tenemos necesidad de tan grandes misterios, de los cuales,
y desde la tristeza, surge a menudo una prosperidad bienaventurada:
¿podríamos existir sin ellos? ¿Es vana la leyenda de que antaño,
en el lamento funerario por Lino, la primera música, osada,
atravesó el arido estupor; y que recién en aquel espacio dominado
por el terror, del cual el joven semidiós escapó repentinamente y para siempre,
entró el vacío mismo en aquella vibración
que aún ahora nos arrebata, nos consuela y nos ayuda?

Primera Elegía,
de Las Elegías de Duino. Rainer Rilke.

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Quien vivió de y para la poesía, en cuyo intelecto cupieron versos duros, sensibles, existenciales, profundos… se transfugó por la herida sutil de una rosa.

24 junio 2005

Placeres y Felicidad

VentanaFloreada
Los pequeños placeres poseen el efímero empuje que activa los sentidos guardando sutilezas en la memoria. Son los vicios agentes que enmudecen sensaciones acaparando sin alternancia los sentidos, encaminando el espíritu hacia la indolencia. En el quehacer de un trabajo se forma la perseverancia que modela el espíritu para combatir los vicios y apreciar la minimidad entre infinitas amalgamas de tonalidades para todos y cada uno de los sentidos. Elegir un quehacer es elegir un carácter, seleccionar una visión de la vida; dedica energías en encontar el correcto.

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«“Pero también el alma (se dice) tendrá sus placeres.” Téngalos en buena hora, y eríjase en árbitro de la sensualidad y de los placeres, llénese de todas las cosas que suelen encantar los sentidos, después vuelva los ojos al pretérito y, al acordarse de los placeres pasados, embriáguese con los anteriores y anticipe ya los futuros, apreste sus esperanzas y, mientras el cuerpo se abandona a los festines presentes, ponga el pensamiento en los futuros; tanto más desdichado me parecerá por ello, pues tomar lo malo por lo bueno es locura. Y sin cordura nadie es feliz, ni es cuerdo aquel a quien le apetecen cosas dañosas como si fueran las mejores. Es feliz, por tanto, el que tiene un juicio recto; es feliz el que está contento con las circunstancias presentes, sean las que quieran, y es amigo de lo que tiene; es feliz aquel para quien la razón es quien da valor a todas las cosas de su vida. Los mismos que dijeron que el sumo bien es el placer, ven en qué mal lugar lo habían puesto. Por eso niegan que se pueda separar el placer de la virtud, y dicen que nadie puede vivir honestamente sin gozo, ni gozosamente sin vivir también con honestidad. No veo cómo pueden cinciliarse estas cosas tan diversas. ¿Por qué, decidme, no puede separarse el placer de la virtud? ¿Sin duda por que el principio de los bienes reside siempre en la virtud, y también nacen de sus raíces las cosas que amáis y apetecéis? Pero si fueran inseparables, no veríamos algunas cosas agradables pero no honestas, y otras, en cambio, virtuosísimas pero ingratas, y que se han de realizar entre dolores.»

Placer y Felicidad, Lucio Anneo Séneca.

23 junio 2005

Relativa Eternidad

Tierra
Persiste el día como persiste la noche y, aquello que los delimita, les lleva ineludiblemente del uno al otro y, después, persisten los astros que los salpican fugazmente, describiendo hemisferios celestes y estaciones; ofreciendo la calidez que arropa y la guía que desde valles y montes sustenta caminos.
Todo ello persiste a pesar de las transformaciones superfluas que, humanamente, parecen escribir Historia; a pesar de la solemnidad de la que se visten los actos telúricos, porque es el eterno teatro que delimita nuestro inteligible alfa y omega.

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«Pero no puedo contar con hombres que no conozco fundándome en la naturaleza humana, o en el interés del hombre por el bien de la sociedad, dado que el hombre es libre y que no hay ninguna naturaleza humana en que pueda yo fundarme.
No sé qué llegará a ser de la revolución rusa; puedo admirarla y ponerla de ejemplo en la medida en que hoy me prueba que el proletariado desempeña un papel en Rusia como no lo desempeña en ninguna otra nación. Pero no puedo afirmar que esto conducirá forzosamente a un triunfo del proletariado; tengo que limitarme a lo que veo; no puedo estar seguro de que los camaradas de lucha reanudarán mi trabajo después de mi muerte para llevarlo a un máximo de perfección, puesto que estos hombres son libres y decidirán libremente mañana sobre los que será el hombre; mañana, después de mi muerte, algunos hombres pueden decidir establecer el fascismo, y los otros pueden ser lo bastante cobardes y desconcertados para dejarles hacer; en ese momento, el fascismo será la verdad humana, y tanto peor para nosotros; en realidad, las cosas serán tales como el hombre haya decidido que sean.»

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En las palabras de Jean Paul Sartre he visto siempre el intento de movilización acallado por el peso del tiempo. Sobre grandes verdades y avances de su existencialismo éste se ha quedado sujeto al limitado espacio donde se ha gestado. Esto no significa que no haya grandes verdades —y las grandes verdades son eternas— pero hay una cierta parte de la teoría que va pasando con el tiempo a la periferia y dejando de ser un pilar para delimitarse como imperenne, es la parte sujeta a «la concreta existencia del ser humano, circunscrito a la realidad histórica le define» de su propio pensamiento.

22 junio 2005

Abrir

Abrir
Abrir la mañana y esperar que surja lo imposible. Abrir certezas que transportan en viajes seguros del espíritu. Abrir la vista a Horizontes más lejanos dejándote salpicar por las ráfagas impetuosas del volcán de la inquietud. Abrir encuentros, porque las búsquedas son sinceras. Abrir las horas al propio Tiempo ineludible. Abrir. En definitiva, preparar el espíritu para poder seguir abriendo.

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No me llameis inconsecuente porque mi corazón
haya sido apresado por una voz que canta:

En ocasiones hay que estar serio y en otras dejarse emocionar:
como la madera, de la que sale lo mismo
el arco del guerrero como el laúd del cantor.

Disculpa,
de Ibrahim Ben Utman.

21 junio 2005

Habitaré la Noche

Habitaré la noche mientras espero el claro alba del despertar, navengando en su purpúreo manto entre las salpicadura de astros luminosos que fijan hitos de constelaciones gobernando la mística de las bóvedas celestes. Porque a los sueños les gusta navegar como cóncavas ideas cuya suave quilla rompe el lienzo etéreo empujadas por aletas de emoción, embargados por el velamen del sentimiento. Habitaré la noche entre los luceros que se encienden con cada nuevo sueño; los pensamientos que iluminan los próximos despertares de la razón que implican una nueva búsqueda. Habitaremos la noche con su dulce son dionisiaco, embriagador de naturalezas que empuja a la ensoñación del místico encuentro entre los cuerpos mortales forjando ayuntamientos apasionados y entrelazando los despertares con nuevos sueños.

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Yo no había visto nunca una playa de noche. Aquel mar del norte africano, cuando bravo, todas las horas se las pasa gritando en sus caracolas, negras de furor.
Vestida de transparencia, enlunada, la playa me llamaba a su espuma.

La Playa,
Carmen Conde.

20 junio 2005

Espuma de Amanecer

ponto
Escuchando junto al mar, el debate espumoso de las olas, enjugaba Eos su suntuoso gemido de alborada entre un festín de brillos reflejados allá donde el arrugado ponto alberga tantos seres como estrellas que impasibles al movimiento de su cutánea espuma se ofrecen a un baile en la inmensidad sin temer el golpe de los vientos.

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Oh noches mías, oh sombras esperadas
Oh tierra altiva, oh secretos tenaces
Oh lentos ojos, oh nubes fulminantes
Oh vuelo libre más allá de los cielos.

Oh gran afán, oh expandida sorpresa
Oh bella marcha del alma embelesada
Oh mal supremo, oh gracia descendida
Oh puerta abierta por la que nadie entró

No sé por qué me muero yo y me ahogo
Antes de entrar en la eterna morada.
Cómo saber de quién yo soy la presa.
Cómo saber de quién soy el amor.

Nyx,
de Catherine Pozzi

19 junio 2005

Soledad de los Grandes

JardínAleman
La soledad es el único compañero del ascetismo, incluso rodeado de las más variopintas congregaciones de hombres, el asceta se siente solo, ermitaño aún del más suntuoso palacio. Su misantropía no es una posición social o estética, es la situación en la que su lucha interna le aparta del común mundano que le rodea. En esa lucha se genera un diálogo interno, filosófico, entre las partes beligerantes del buscador, si los cimientos de su espíritu son sólidos, éste es más bien un monólogo en el que se definen los criterios de su búsqueda.

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«Al despuntar la aurora, hazte estas consideraciones previas: me encontraré con un indiscreto, un ingrato, un insolente, un mentiroso, un envidioso, un insociable. Todo eso les acontece por ignorancia de los bienes y de los males. Pero yo, que he observado que la naturaleza del bien es lo bello, y que la del mal es lo vergonzoso, y que la naturaleza del pecador mismo es pariente de la mía, porque participa, no de la misma sangre o de la misma semilla, sino de la inteligencia y de una porción de la divinidad, no puedo recibir daño de ninguno de ellos, pues ninguno me cubrirá de vergüenza; ni puedo enfadarme con mi pariente ni odiarle. Pues hemos nacido para colaborar, al igual que los pies, las manos, los párpados, las hileras de dientes, superiores e inferiores. Obrar, pues, como adversarios los unos de los otros es contrario a la naturaleza. Y es actuar como adversario el hecho de manifestar indignación y repulsa.»

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Marco Aurelio escribió sus Meditaciones en sus últimos años de vida y de gobierno, fiel siempre a un sentido autocrítico, como se aprecia en la obra, fue un reflejo de su propia ética. Su grandeza estriba en estar al servicio de sus ideas, como estoico no fue la grandeza del filósofo sino la capacidad de aproximar los actos de alguien tan cercano al poder [a la fácil corrupción] a la ética, demostrando ser un ejemplo de magnanimidad. Su lectura proporciona el bastión donde refugiar ideales cuando alrededor todo parece inconsecuente. Si creo en Dafnis y Cloe como lectura necesaria, hoy añado esta propuesta porque no me imagino haber pasado por este mundo sin haberla conocido.

18 junio 2005

Nuestro Junio

Flores
La cálida tarde me ha traído hoy, suspendida en el aire, una carta melancólica con la cadencia suave y dulce de los arpegios que febriles, embriagados, se grabaron en mi memoria. Se destilan nota a nota como virginales tintineos de lluvia sobre las flores de un edén de cristal tan frágil, tan melancólico, que los suspiros vuelan acariciando los finos pétalos vidriados produciendo notas que vierten en el profundo estanque de mi pecho, en cuyo espejo duplicaba el firmamento cuando tu mano era mi mano y de tu pecho el mío era reflejo. Yo sé que la dulce memoria ha permutado música que sonaba por esta melodía aún más dulce de aquel recuerdo, cuando bailábamos con los pies desnudos sobre la arena era el mar el que entonaba y nosotros… sólo oíamos nuestro anhelo.

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Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

Escribir, por ejemplo: «La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos».

El viento de la noche gira en el cielo y canta.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.

En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.

Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.

Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.

Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche está estrellada y ella no está conmigo.

Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.

La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.

Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.

De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.

Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.

Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos,
mi alma no se contenta con haberla perdido.

Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,
y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.

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…muchas noches después, en tu oído puso mi voz estos versos; y Neruda me enseñó sobre la suerte que contigo yo cosecho. Yo te tengo y tu me tienes y, en profundo ensueño, navegaremos.

17 junio 2005

Titánica Infinitud

Arena
Detuve mis pasos, perplejo, aprecié como la arena que acariciaba mis pies era la misma que sustentaba mi cuerpo; diminutos granos de infinita fortaleza desentrañaban la magnanimidad de lo minúsculo: su infinidad les hacía enormes. Continuando mis pasos, aprecié el recorte de los montes aserrando el horizonte y medité sobre la titánica fortaleza de las rocas que debía escalar para continuar mi camino, todo ello del mismo prístino elemento, todo ello antagónico en su fisonomía, unos delimitando la horizontal línea tectónica en la que los océanos reposan, otros sustentando elevadas bóvedas azuladas, delimitando los paisajes.

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El eros, el archipiélago y la proa de sus espumas y las gaviotas de sus sueños en su más alto mástil el marinero ondea una canción. El eros, su canción y los horizontes de su viaje y el eco de su nostalgia en su más mojada roca la prometida espera un barco. El eros, su barco y la despreocupación por sus nortes y el foque de su esperanza en su más ligero oleaje una isla mece la llegada.

Del Egeo,
de Odiseas Elitis.

16 junio 2005

Manantiales

Rio
No es manantial el agua que tan sólo nace y disgregada se pierde absorbida por su propio sustento, sino el torrente que surge horadando su propio cauce, porque de toda Naturaleza es exigible el objetivo y la formación del curso que lo concrete. (Incluso el blando elemento lucha por concretarse en océano.)

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Buscas en Roma a Roma, ¡oh, peregrino!,
y en Roma misma a Roma no la hallas;
cadáver son las que ostentó murallas,
y tumba de sí proprio el Aventino.
Yace donde reinaba el Palatino;
y limadas del tiempo, las medallas
más se muestran destrozo a las batallas
de las edades que blasón latino.
Sólo el Tibre quedó, cuya corriente,
si diudad la regó, ya, sepoltura,
la llora con funesto son doliente.
¡Oh, Roma!, en tu grandeza, en tu hermosura,
huyó lo que era firme, y solamente
lo fugitivo permanece y dura.

A Roma Sepultada en sus Ruinas,
Francisco de Quevedo.

15 junio 2005

Bellisima Voce

No tan sólo timbre y tono; un torrente fundido en la luminiscencia del color que es capaz de dibujar en la imaginación nota a nota donde dota a la melodía de la inmersión de una vida con un avatar tan trágico como las heroínas que su cristalina voz recita. El sentimiento, el alma transgrede su corporea cavidad para fundirse con la historia, tal vez no tan lejana en lo espiritual, en lo trágico. No, no sólo es cuestión de coloratura. Si Bellini, Cherubini, articulaban sus obras soñando la diosa que albergaba sus trinos, en ella se encontraba cercana, humana, como diva, como mujer… pero como diosa en la interpretación, en la dicción, en la concreta traslación de la obra al sentimiento.

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«Tenía una calidad interior extraña, abrasadora… Siempre era diferente, pero siempre fiel a sí misma.»

Gianandrea Gavazzeni acerca de Maria Callas

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Hay artes cuyo bien es indirecto, necesitando una interlocución a través del intérprete como se necesita la lectura del ciego oráculo para comprender los designios; pero, si esos bienes son certeros, el primer beneficiado es el lector de la genial obra primigenia, transmitirlo es otro arte del que pocos, muy pocos están dotados y su suerte es tan efímera como su vida. Tras su retiro, Callas solía decir a los que la deseaban entrevistar «La Callas ha muerto»; yo creo que no, nos dejó la escuela con la que se sueña conseguir algún día alguien de su estirpe creativa, quien consiga absorber el arte de forma que se unifique en su interpretación con éste.

14 junio 2005

En La Mañana Anhelo

Kilimanjaro
Si supiera cantar, en el viento depositaría versos que como esporas alcanzarían los espíritus que los pudieran albergar. Si supiera escribir, en el agua trazaría las estrofas que en lo más hondo me hacen vibrar. Si supiera leer, en el firmamento hay escritas mil hazañas que anhelo emular. La vertiente oculta de la Poesía no renuncia a la fuerza del espíritu, ni se somete dócil a las superfluas lecturas.

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Centellantes trazas de rayos,
Fragancia flotante de pinos tropicales
Trueno que suena de las nubes que se agrupan,
Pavos reales que lloran con tonos amorosos -
¿Cómo pasarán las damiselas de largas pestañas
Estos días cargados de emociones en ausencia de sus amados?

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Bhartrihari es el autor de la obra que describe las tres esenciales etapas del Hombre: amor, vida y renuncia.

13 junio 2005

Ventanas Abiertas, Ventanas Cerradas

Ventana
Si al comienzo de la búsqueda dudas del encuentro, si entablando la batalla temes por la victoria, si tus campos no fecundas con, al menos, la ilusión. No reniegues de tu sino porque el alado fruto de las victorias sólo merecido es por aquel que no espera las malas hierbas ni en la incertidumbre, la desesperación. Los pechos fuertes, a veces, duelen de los golpes, nunca del rencor, nunca de la impotencia, nunca de la infelicidad.

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«Me disponía yo a escribir en el ritmo solemne hechos de armas y guerras violentas, de modo que el tema se ajustara a dicho metro. El verso de abajo era igual que el de arriba, pero Cupido se echó a reír y le sustrajo un pie, según cuentan.

“¿Quién te ha dado, niño cruel, tal deecho sobre la poesía? Los poetas no somos seguidores tuyos, sino de las Piérides. ¿Qué ocurriría si Venus quitase a la rubia Minerva sus armas, o si Minerva atizara las antorchas encendidas? ¿Quién admitiría que Ceres fuera la reina de los bosques escabrosos y que los campos se cultivasen por orden de la doncella que lleva la aljaba?, ¿quién equipararía a Febo, ilustre por su melena, con una afilada lanza, mientras que Marte, a cambio, tañe la lira de Aonia? Grande es, niño, tu soberanía, y poderosa en extremo: ¿por qué, en tu ambición, aspiras a una nueva empresa?, ¿es acaso tuyo el mundo entero?, ¿son tuyos los valles del Helicón?, ¿ni siquiera Febo dispone ya de su lira con seguridad? Cuando el verso primero de la recién estrenada página ha quedado escrito correctamente, he aquí que el siguiente hace flaquear mis fuerzas. Y para ritmos más ligeros me falta tema adecuado: muchacho o muchacha que peine sus largos cabellos.”»

Amores,
Ovidio.

12 junio 2005

El Reto Del Destino

Arremolinando los soplos invictos de los Vientos se pretenden aventuras; más allá de las esperas, la decisión certera de tener un objetivo modela el enfrentamiento al rival destino que como púgil espera en la lucha. Sólo la tenacidad es el aliado; la pesadumbre el lastre inducido del enemigo, el recuerdo una maldición si es innecesario —porque, doloroso, horada—. Déjate inducir por los torrentes inmateriales y potencias que sobrevengan para que en la lucha el destino mute en aliado. Pero no triunfes, porque no beberás elixir alguno de la victoria en una metamorfosis que se concreta en semillas de nuevas siembras.

11 junio 2005

Sufragio de Sentidos

Despertar
Yo no quiero elegir entre la Aurora de los despertares y la Noche de los sueños. Quiero amanecer a mis quehaceres y soñar mis ilusiones encontrando lucidez en mi utopía. Porque busco la alborada de las luces y en el crepúsculo espero a los astros, encontrando la luz de mis mañanas y el sosiego de mis noches.

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Recorremos en el rico oropel de las hayas
El paseo casi hasta el portal
Y vemos fuera en el campo tras la verja
Una vez más el almendro en flor.

Buscamos los bancos libres de la sombra
Donde una voz extraña jamás nos infundió temor
En sueños se cruzan nuestros brazos
Nos deleitamos en el largo y dulce resplandor

Con gratitud sentimos el susurro leve de las gotas
Con que el vestigio de un destello nos cae de las copas
Y oímos y miramos en instantes mudos
Golpear en el suelo los frutos maduros.

Recorremos el Rico Oropel de las Hayas,
de Stefan George

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Stefan George supone una oposición al realismo alemán; utilizado políticamente, se tuvo que refugiar en Suiza huyendo de uno de los peores castigos: ser utilizado para adoctrinar falsas idolatrías a través de una retorcida revisión ideológica de su obra. Como Obra grande, simbolista, clásica, ésta siempre vuelve a su lugar al ser leída, pues posee arte, naturaleza y fraternidad que destila en cada uno de sus versos de elegante trazo y sentimiento.

10 junio 2005

Hoy no hay tiempo

Tiempo
Hoy no hay tiempo para llegar y los pasos se precipitan. Hoy, se encuentra todo lejano, distante… y el dolor en el pecho… se entumecen los sentidos. Hoy no hay Sol, no hay nubes que dibujen sus figuras. ¿Dónde está el viento que deje límpido mi rostro del sudor de la desesperación?, no tenía hoy tiempo de silbar. Tampoco hay tiempo de esperar ¡Corre, ya no pares más! sigue tu camino, ¡sal de esta encrucijada espacio-tiempo! (si al menos estuviera Einstein para explicármelo, pero hoy pasó corriendo). ¿Se escribirá Historia hoy? Nos da igual porque no hay espacio para este tiempo. Se me ocurre una cosa ¿y si paramos? Tal vez nos arrastre hoy también, pero quiero intentarlo, verificar si es el tiempo u ocultos fantasmas los que nos empujan en el transcurso del día.

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«Se detuvo, descabalgó y llevando el caballo de la brida, penetró en un oasis de arenas plateadas.
Alguien, un pájaro con cabeza humana, vino a su encuentro y le dijo con la voz amorosa de los pájaros:
— Has llegado, quien sea que seas, al País de los Tres Instantes…
Y luego le condujo, volátil y sublime, por un sendero de flores entre arenas plateadas, querenciosas las palmeras, la luna entre las nubes, despiertos los ruiseñores, a presencia de una beldad más diosa que mujer por momentos y, por momentos, más mujer que diosa.
Contemplarla extasiado, fuera de sí, Sansón de Aguamira, el capitán-caballero, oír el nombre de la que debía ser reina, por lo menos reina, Abail de Anatolia, caer de rodillas, entregarle la espada, ella se la pidió para besarla, mientras el pájaro con cabeza humana esperaba con el caballo a la entrada de la noche terrestre, todo sucedió en un instante.
— Quien sea que seas, sólo te quedan dos instantes, en el País de los Tres Instantes —le advirtió entre, un relincho y otro de su caballo, el pájaro con cabeza humana.
Mariposas nocturnas giran alrededor de Abail y el capitán-caballero.»
[…]

El Hombre que lo Tenía Todo Todo Todo,
de Miguel Ángel Asturias.

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La mezcla de un místico pensamiento indígena con retazos de occidental inmersión trae a la obra de Asturias un cristal que destila un mundo onírico en el que la realidad se convierte en un requiebro de sensaciones, acciones de personajes imaginados que adquieren un vida poética envidiable.

09 junio 2005

Vanas Resurrecciones

Camino
Hace poco nací inmolando tiempos pasados, dejando atrás vivencias que trajeron la hiel del escepticismo a mis labios porque, aunque me han de fortalecer, me acorazan de la vida robándome la credulidad inocente del niño que en un renacer se hizo hombre; de vástago de las ninfas, oriundo de Parnasos al destierro en telúricos laberintos urbanizados, que sepultan la hierba que deberían pisar mis pies desnudos. Recuérdate alguna vez, aquel infante, aquella niña, que abandonó sus pasos inseguros para adolecer la edad de las dudas, que transmutó sus días de vivas energías, de seguras contradicciones, para abanderar una lucha que daba paso a nuevas ansias de vivir de espejismos; de un nuevo devenir que te hacía renacer en cada golpe en una nueva persona donde el peaje de la vida se cobraba un ramo con las hermosas flores de tu inocencia y sólo en el recuerdo de esos días puedes recobrar la encantada aurora de aquellos despertares llenos de rayos luminosos que pongan en tu vida un pétalo del perdido bouquet. Recuérdate, intenta no inmolar la visión de tu inocencia… Y me digo, ¡recuérdate! (Pero ya no somos niños.)

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Una vez, siendo niño, era el verano,
un viejo labrador me llevó un día
sobre su curvo arado en el que dueño
recorría la tierra. Fue un instante

de azarosa belleza en que allí erguido,
sobre el madero, arcaico, vi moverse
mi fe sobre una oscura espuma densa
que a mi paso se abría. Tras mis hombros

el anciano velaba mi entusiasmo,
como esos genios que más tarde he visto
en un vaso pintado protegiendo
la adorable inocencia, y en los lindes

de aquella complaciente tierra negra,
bajo los centenarios olivares,
mis padres, con sombrillas, me miraban,
como dioses que aprueban. Encendidas,

como chispas de oro, las cigarras,
en torno me traían los calores
de su ventura, mientras que aquel rapto
me convertía en sueño que redime

de tantas postraciones venideras.
Sueño sin duda, sueño desolado,
que brilla en mi memoria como un ángel
que vino y me tocó y alzó su vuelo.

Aquí estoy entre hollín de las ciudades,
la lividez, la envidia y el acento
lúgubre de una lucha despiadada,
sombra de aquel instante que destella.

Laberinto de un Joven Arador,
de Juan Gil-Albert.

08 junio 2005

Entre los canales

En las avenidas se refleja el cielo, rutilando en su húmedo pavimento el rumor de las melodías de Rachmaninov; de repente, enfrente, una figura dibuja una silueta errante entre los soportales y, apresurado, dejo el café, en la plaza adoquinada en busca del próximo puente que me libere de la duda, un ejercicio de divagación entre el ambiente sutil que la brisa me trae de Mahler me embelesa en las soberbias imágenes de Veronés, en el ejercicio de los sentidos de los grandes habitantes que se sustraen al común y esperan escondidos en los recodos musitando la ferviente melodía que embriaga el corazón. Eterna y emblemática, sucia y ejemplar, simétrica de Durero e iluminada por Giorgione y Vivaldi es hoy Venecia en mis pensamientos.

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«El Gran Canal es maravillosamente bello en la noche. Una góndola se desliza delante del palacio. A lo lejos se llaman cantando unos gondoleros. Es una sensación de belleza, de una nobleza extraordinaria. Las estrofas de Tasso no acompañan el canto como en otro tiempo; pero las melodías son seguramente muy viejas, tan antiguas como Venecia misma y ciertamente más viejas que las estrofas de Tasso, adaptadas probablemente a las melodías. Así se ha conservado en la melodía lo eternamente verdadero, mientras que las estrofas, como un fenómeno pasajero, han sido absorbidas por ellas para desaparecer a lo largo completamente. Estas melodías, profundamente melancólicas, cantadas con una voz sonora y potente que el agua trae de lejos y que van a morir todavía más allá, han producido en mí una impresión solemne. ¡Sublime!»

Richard Wagner, de su Epistolario a Matilde Wesendock.

07 junio 2005

El Sigilo de la Noche

savanna
El silencio de la noche, oscura, en la que los pasos son un eco incierto, cuando las sombras se dibujan en deformes imaginaciones, en la que los verbos perturban la quietud de la penumbra en un alarido indescifrable… El sigilo de la noche, cuando la luna ilumina los pasos trazando un camino hacia el alba, en la que una mística se apodera de los pechos soñadores cuando las voces vienen de la lejanía como un susurro melódico a los oídos de los noctámbulos, es mi noche, en la que Selene reina salpicando el firmamento de plateados jeroglíficos caprichosos que me empeño en descifrar.

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Cantaría cantaría como el sol rompiendo
horizontes nieblas noches saliéndose de la memoria
cantaría acunando tu sed la sonrisa
devorando esa mirada como un lago

Cantaría sintiendo tus alas desnudas
por qué pienso en los más lejanos arroyos
y soñaría no sé qué flores palpitantes
cantaría cantaría
Después el silencio

Ahora la tarde va derrumbándose
hacia algún ocaso íntimo Y cantaría
tanta urgencia de vivir desde tus alas
improvisando su vuelo creciente

Cantaría cantaré tal vez estés oyéndome
sin saberlo tú ni nadie.

Buffalo 2,
de Germán Bleiberg.

06 junio 2005

El Laberinto de las Sombras

CirculoPolar
Una duda es un laberinto oscuro donde se alojan las sombras, cuanto más tiempo se permanece en ella, más se ramifican las calles sin salida que nos alejan del final. La iniciativa es la construcción del plano que nos ha de ayudar a salir de tal laberinto; con la antorcha de la decisión se caminan pasos seguros hacia la luz que alberga todo conocimiento. Una idea original es el detonante que desencadena una explosión de posibilidades, siempre parte de una materia prima fundamental también, pero tan sólida que ayuda a construir nuevos cimientos desde los cuales se pueden divisar los nuevos parajes en los que se ha de explorar. Como ves, la construcción horizontal del laberinto es antagónica de la vertical de las atalayas.

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«Por lo demás, no cito ni contradigo a nadie; pretendo aún menos establecer o combatir ninguna hipótesis. Aun cuando las diferencias muy sensibles que he notado en las distintas regiones donde he abordado no me hubiesen impedido entregarme a este espíritu de sistema, tan común hoy, y, sin embargo, tan poco compatible con la verdadera filosofía, ¿cómo habría yo podido esperar que mi quimera, por probable que yo la hubiese hecho, pudiese nunca hacer fortuna? Soy viajero y marino, es decir, un embustero y un imbécil a los ojos de esta clase de escritores perezosos y soberbios que, en la sombra de su gabinete, filosofan a vista de pájaro sobre el mundo y sus habitantes y someten imperiosamente la naturaleza a sus imaginaciones. Procedimiento bien singular, bien inconcebible poar parte de gentes que, no habiendo observado nada por sí mismos, no escriben, no dogmatizan más que según observaciones recogidas en estos mismos viajeros, a los que rehúsan la facultad de ver y de pensar.»

Viaje alrededor del mundo, de L.A. de Bougainville.

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Con detalladas descripciones de un viaje que comenzó para devolver las Islas Malvinas a España, Boungaville viajó alrededor del mundo rodeado de astrónomos, naturalistas, dibujantes y otros hombres de ciencia de la época. Él mismo es autor de un tratado de cálculo integral. Muriendo con la ilusión de hacer un viaje al polo, fue no sólo un viajero de Mundo, sino también de Ideas. Desde Madrid a Haparanda, su libro me hizo soñar la mar entre trenes intentando llegar al Círculo Polar Ártico.

05 junio 2005

Enarbolando pensamientos

Bodegon
Encontré un día un mástil donde enarbolar mis palabras teñidas de pensamiento y, sin plantearme duda alguna, lancé al viento los ondulantes colores que en mi mente tiñen los días; unos vivos y brillantes, otros opacos o diluidos, de exóticos tintes o ebrios de la tierra, impregnados de imaginación o hundidos en la espera de Erato; pero siempre extendidos con el pincel del sentimiento… buscando la incitación que sirve al alegato.

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Otros querrán mausoleos
donde cuelguen los trofeos,
donde nadie ha de llorar,

y yo no los quiero, no
(que lo digo en un cantar)
porque yo

morir quisiera en el viento,
como la gente de mar
en el mar.

Me podrían enterrar
en la ancha fosa del viento.

Oh, qué dulce descansar,
ir sepultado en el viento,
como un capitán del viento;
como un capitán del mar,
muerto en medio de la mar.

Cancioncilla,
del poemario «Oscura Noticia» de Dámaso Alonso.

04 junio 2005

Nuestra realidad, mi mundo

Flor
Por cada una de las visiones que hay de la realidad, hay un mundo que se configura entre los límites que éstas abarcan, por cada conjunto de vivencias de un individuo hay un conjunto de respuestas hacia éstas que constituyen una forma de entender ese mundo y de configurar una forma de vida. La manera de entender el mundo es, simplemente, una forma de vivirlo y, por mucho que parezca que la realidad es permanente ésta se sujeta a la subjetividad del instante en el que se aprecia y de la manera que cala en el alma. Hay quien está preparado para percibir las cosas de una forma y quien tiene una percepción menos sensitiva de ellas, puedes adormecer sus sentidos o despertarlos para percibir un mundo todo lo ancho y largo que tus sentidos te permitan. Siempre he pensado que es cuestión de entrenamiento, ¿Lo intentamos?

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Lejos de tu jardín quema la tarde
inciensos de oro en purpurinas llamas,
tras el bosque de cobre y de ceniza.
En tu jardín hay dalias.
¡Malhaya tu jardín!… Hoy me parece
la obra de un peluquero,
con esa pobre palmerilla enana,
y ese cuadro de mirtos recortados…
y el naranjito en su tonel… El agua
de la fuente de piedra
no desa de reír sobre la concha blanca.

Jardín,
de Antonio Machado.

03 junio 2005

El Nuevo Sol

Torrente
El ímpetu que la música producía culminó con un estallido ante el severo golpe final que el director asestó cortando el aire con ambas manos finalizando la obra. Al hombre, de morena tez y nevada cabellera le recorrió un escalofrío por la espalda acompañada por una sensación de incertidumbre producida por el temor de haber desarrollado una obra superior a la altura de su tiempo, estaba seguro de su creación, en la que había puesto el esfuerzo de sus últimas energías entre una y otra obra que tal vez no llegaría a finalizar, a la que había dado el espíritu de amor celeste que él sentía que debía de albergar todo hombre. Sus ojos se enjugaron en un húmedo tililar de las luces del teatro permaneciendo en la situación de continuar una obra que ya había dado su grandioso fin, pero su adormecido sentido no le hacía apreciar ni la obra, ni el estallido clamoroso que tan elevada elegía de sentimientos había producido en las tres mil almas que se habían congregado, tras diez años, para ver la que fuera la última aparición del gran maestro. Por fin, la blanca mano de una de las solistas, agarró la del bravo maestro y le hizo subir al estrado, fue entonces cuando pudo apreciar lo que su creación había hecho sentir a los presentes, el canto a la pureza del interior humano había bañado, de tal modo a los oyentes que no podían sino, tras salir de su estupefacción ante lo producido, más que aplaudir y elogiar entre unos gritos imperceptibles a los oídos de Beethoven la obra maestra que se había ejecutado.

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«El Himno de la Alegría, su cardinal artículo de fe, quiso Beethoven musicarlo a sus veinte años; el poema de Schiller era entonces reciente. Realizó este proyecto treinta y cuatro años después. Mientras tanto, expresó esta misma idea en varias formas. Ya con la Séptima y Octava Sinfonías planeó simultáneamente la Novena y Décima, ambas con coros. […] Mucho tiempo reflexiona y piensa las palabras que convendrán al final de la Novena Sinfonía, mas por fin, dirigiéndose a su discípulo exclama: “Ya está, ya lo tengo decidido; cantaremos la canción del inmortal Schiller.”»

Beethoven, Emil Ludwig.

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No es un tópico, sólo es necesario escucharlo para darse cuenta, una de las obras más inmortales de la Humanidad ha influído hasta, en nuestros, días para el tamaño que han de tener los discos compactos. Pero es en directo como hay que aprehenderla… es una de esas cosas que da la energía suficiente para soportar los advenimientos mediocres cotidianos que de otra manera se harían insufribles.

02 junio 2005

Propósito

Propósito
No renegaré de quien en mis labios dejó la miel que la inquietud del amor deposita, ni dedicaré reproche alguno a aquel que introduzca la mística desazón de la búsqueda en mi pecho, no huiré de quien me susurre complejos versos cargados de imágenes que al descifrarlos me produzcan palpitaciones o vigilia, ni vestiré de enemigo a quien encomiende mi vida al sobresalto que las maravillas eternas producen en el carácter; porque sólo los necios viven en la carcajada y los buscadores en la sonrisa.

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Es una muerte escondida
este mi bien prometido,
pues no puedo ser querido
sin peligro de la vida.

Mas sólo porque me quiera
quien en vida no me quiere,
yo quiero sofrir que muera
mi vevir, pues siempre muere;
y en perder vida perdida
no me cuento por perdido,
pues no puedo ser querido
sin peligro de mi vida.

Canción
, Jorque Manrique.

01 junio 2005

Palabras dibujadas

Lago
Hoy me gustaría dibujarte el agua cristalina en la que mis sueños son los peces anaranjados que se hacen requiebros; mostrártela tan líquida como sumergido me encuentro, y que vieras las sonrisas dibujadas por las ondas en su espejo al tocarla con el dedo.
Si al escribírtelo lo pudieras sentir… porque no sólo es para verlo.

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…aquí a mi desde Creta, a este templo sagrado donde hay un bello huerto de manzanos y hay altares de humeante incienso:
en él un agua fresca rumorea entre las ramas de los manzanos, todo el lugar está sombreado por las rosas y del ramaje tembloroso desciende el sueño;
en él un prado, pasto de los caballos, está lleno de flores de la primavera y las brisas soplan oliendo a miel…
aquí tu… tomando, diosa chipriota, y en copas áureas néctar mezclado con alegría de fiestas mientras escancías suavemente.

Safo.

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Tal vez, con la biblioteca de Alejandría se perdieron los nueve supuestos libros de Safo, lástima de epigramas, de yambos, de pensamientos, que dejó una de las pocas poetisas de la antigüedad.