08 junio 2005

Entre los canales

En las avenidas se refleja el cielo, rutilando en su húmedo pavimento el rumor de las melodías de Rachmaninov; de repente, enfrente, una figura dibuja una silueta errante entre los soportales y, apresurado, dejo el café, en la plaza adoquinada en busca del próximo puente que me libere de la duda, un ejercicio de divagación entre el ambiente sutil que la brisa me trae de Mahler me embelesa en las soberbias imágenes de Veronés, en el ejercicio de los sentidos de los grandes habitantes que se sustraen al común y esperan escondidos en los recodos musitando la ferviente melodía que embriaga el corazón. Eterna y emblemática, sucia y ejemplar, simétrica de Durero e iluminada por Giorgione y Vivaldi es hoy Venecia en mis pensamientos.

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«El Gran Canal es maravillosamente bello en la noche. Una góndola se desliza delante del palacio. A lo lejos se llaman cantando unos gondoleros. Es una sensación de belleza, de una nobleza extraordinaria. Las estrofas de Tasso no acompañan el canto como en otro tiempo; pero las melodías son seguramente muy viejas, tan antiguas como Venecia misma y ciertamente más viejas que las estrofas de Tasso, adaptadas probablemente a las melodías. Así se ha conservado en la melodía lo eternamente verdadero, mientras que las estrofas, como un fenómeno pasajero, han sido absorbidas por ellas para desaparecer a lo largo completamente. Estas melodías, profundamente melancólicas, cantadas con una voz sonora y potente que el agua trae de lejos y que van a morir todavía más allá, han producido en mí una impresión solemne. ¡Sublime!»

Richard Wagner, de su Epistolario a Matilde Wesendock.

2 Commentarios:

Blogger Grial ha dicho...

Una de las ciudades más bellas del mundo..sin duda.
Y muy literaria ;)
Un beso :)
*Para mi es un placer pasarme por tu blog, me gusta como escribes y las notas al respecto.

8/6/05 17:49  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Muchas gracias Grial.

9/6/05 01:22  

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