05 junio 2005

Enarbolando pensamientos

Bodegon
Encontré un día un mástil donde enarbolar mis palabras teñidas de pensamiento y, sin plantearme duda alguna, lancé al viento los ondulantes colores que en mi mente tiñen los días; unos vivos y brillantes, otros opacos o diluidos, de exóticos tintes o ebrios de la tierra, impregnados de imaginación o hundidos en la espera de Erato; pero siempre extendidos con el pincel del sentimiento… buscando la incitación que sirve al alegato.

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Otros querrán mausoleos
donde cuelguen los trofeos,
donde nadie ha de llorar,

y yo no los quiero, no
(que lo digo en un cantar)
porque yo

morir quisiera en el viento,
como la gente de mar
en el mar.

Me podrían enterrar
en la ancha fosa del viento.

Oh, qué dulce descansar,
ir sepultado en el viento,
como un capitán del viento;
como un capitán del mar,
muerto en medio de la mar.

Cancioncilla,
del poemario «Oscura Noticia» de Dámaso Alonso.