Otra mirada, otra visión
Apoyé mi cabeza sobre la hierba y mi mirada se dirigió a las nubes que formaban fastasmagóricas formas de gris intención que inquietaban mi espíritu; desconcertado, a pesar de la terrible incógnita que ello conllevaba, me atreví a cerrar los ojos y elevar el pensamiento a aquellos momentos en los cuales, las vivencias, fundieron los sentidos con el aire, el perfume y la dulce melodía que regocijaba mi pecho. Al abrir los ojos las nubes blancas dibujaban sutiles formas que me sumieron en líquida ensoñación de quien nada en onírico océano de despertares blancos, luminosos. Me di cuenta de que cada día aprendía una forma de ver con mi mente la certeza de un nuevo despertar.
- - -
No me sostengas. Todo
es ya cielo. ¡Asómate!
Mi cuerpo está cayendo,
—¡qué hondura de memorias!—
mi cuerpo sin tus manos,
sin tus plumas de cera.
Desde el nivel de un sueño,
falto de fe en sus alas,
se escapó de tu sombra
temblando en una lágrima.
Deshilándome el pecho
por tu espejo resbala:
¿un siglo?…
¿Dos?…
¿La aurora?…
¡Tu vientre sobre el agua!
Nacimiento, de Emilio Prados
2 Commentarios:
Precioso....
Un beso :)
Muchas gracias Grial, me alegro de verte por aquí.
Publicar un comentario
<< Home