31 mayo 2005

Sobre lo imposible

Cuerdas
¡Imposible! pensó, dejando su mirada perdida como un reo mira tras las barras que han acabado con su libertad. Como cadenas que vejan su independencia, se ciernen pensamientos que le pierden en intrincados laberintos de desesperación… ¡No hay imposible! Abre tu mente porque esa palabra no existe, la limitación vendrá con el fin de tus actos, reposa tus pensamientos y llegarás allá donde quieras si destierras la imposibilidad —y esto es un hecho, te lo confirmo—. El final de los actos y los pensamientos está allá donde éstos se extinguen, no donde se mutilan. El intento es la medicina de la imposibilidad porque «imposible» es el nombre de una estación de término.

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Deja ya de rondar el mar y los pellejos de las olas empujando los navíos, bajo el cielo estamos nosotros los peces y los árboles son las algas.

Deja Ya de Rondar el Mar,
de Yorgos Seferis