16 mayo 2005

Me he cruzado con la lluvia…

lluvia

El firmamento quedaba hoy oculto detrás de su húmeda cortina dejando las tierras sembradas de vida, porque la vida, comienza con líquido ímpetu. Rasgándose con fulgurantes destellos se rompía el lienzo bramando el elemento, ocultando las últimos galopes de febo, negándonos por hoy el lánguido crepúsculo que tanto ama la melancolía… La triste estatua de mi jardín lloraba lágrimas de naturaleza viva, en profuso movimiento las enredaderas mecían su nado en el aire… ¡qué hermosa eres lluvia cuando tu canto es suave! ¡qué temible cuando te impones! Mis pies han chapoteado entre las presurosas aguas que buscan alocadamente un cauce, por tímido que sea, al que sumarse mientras mi rostro recibía el exultante baño renovador de espíritu.

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Como un conquistador con coraza de hierro
emprendí el camino y voy alegremente.
Descanso en el jardín dichoso,
o me inclino hacia quebradas y abismos.
Por el cielo turbio y sin estrellas
a veces crece la niebla; pero río y aguardo
y tengo fe en mi estrella, como siempre,
yo, conquistador con coraza de hierro.
Y si en este mundo no está en nuestra mano
desoldar el último eslabón,
que llegue la muerte; estoy llamándo…
Lucharé con ella hasta el final
y tal vez mis dedos moribundos
aun puedan lograr un lirio azul…

Soneto.
Nicolai Gumilev

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La fortaleza de Nicolai Gumilev se refrenda por la brutal dicotomía entre el amor a la vida y el desprecio a la muerte, es un viajero que canta incansable a los héroes y a la lucha por los ideales que movieron su vida; hasta perderla por ellos.