Laberinto
Subiré, alcanzaré un lugar en la mañana desde donde pueda otear el horizonte alado, abandonando el gesto sumiso y la palabra esquiva que una y otra vez me arrastra hacia un cotidiano sinfín de letanías imprecisas; sortearé obstáculos para llegar evitando los cuerpos hieráticos que soportan el orden impreciso del hedonismo vacuo, me inclinaré ante los espíritus que plasman el camino de lo sublime, oculto a las primeras vistas, dispuesto a las sutiles miradas… pero la mañana sigue. Es nuestro laberinto.
5 Commentarios:
Me gustó.
atica, me urge hablar contigo.Comunicate. danielniquet@acidodigital.com
Un pelín pesimista te veo.. ¿no?
¿Laberinto? ¿qué laberinto sino ese con el que el "yo" quiere engañar a la mente? Quiere engañarla y, como el actor que se identifica con su papel, termina por engañarse. Pero ella, la mente, sigue su línea de generación creciente abriendo puertas a la esperanza. Entonces, cuando parece que el laberinto te tiene atrapado, surge la luz y ves la salida.....
Gracias Agustín, tal vez nos crucemos en alguna estación o aeropuerto, con la mochila al hombro.
Niquelote, te puedes remitir a mi correo-e.
Estimado Caboblanco, nunca veré pesimismo donde hay un punto de partida, tampoco donde hay una toma de posición, un ideario; tal vez no sea de un exultante positivismo pero, ya digo, es un punto de partida. Muchas gracias por tus palabras.
Ismene: …y le dijo Ariadna a Teseo ¿Qué laberinto? Tal vez, algún día, escriba sobre Minotauro. Gracias.
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