09 febrero 2006

Laberinto

Subiré, alcanzaré un lugar en la mañana desde donde pueda otear el horizonte alado, abandonando el gesto sumiso y la palabra esquiva que una y otra vez me arrastra hacia un cotidiano sinfín de letanías imprecisas; sortearé obstáculos para llegar evitando los cuerpos hieráticos que soportan el orden impreciso del hedonismo vacuo, me inclinaré ante los espíritus que plasman el camino de lo sublime, oculto a las primeras vistas, dispuesto a las sutiles miradas… pero la mañana sigue. Es nuestro laberinto.

5 Commentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Me gustó.

11/2/06 11:29  
Anonymous Anónimo ha dicho...

atica, me urge hablar contigo.Comunicate. danielniquet@acidodigital.com

11/2/06 20:18  
Blogger Luis Caboblanco ha dicho...

Un pelín pesimista te veo.. ¿no?

11/2/06 21:03  
Anonymous Anónimo ha dicho...

¿Laberinto? ¿qué laberinto sino ese con el que el "yo" quiere engañar a la mente? Quiere engañarla y, como el actor que se identifica con su papel, termina por engañarse. Pero ella, la mente, sigue su línea de generación creciente abriendo puertas a la esperanza. Entonces, cuando parece que el laberinto te tiene atrapado, surge la luz y ves la salida.....

21/2/06 19:25  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Gracias Agustín, tal vez nos crucemos en alguna estación o aeropuerto, con la mochila al hombro.
Niquelote, te puedes remitir a mi correo-e.
Estimado Caboblanco, nunca veré pesimismo donde hay un punto de partida, tampoco donde hay una toma de posición, un ideario; tal vez no sea de un exultante positivismo pero, ya digo, es un punto de partida. Muchas gracias por tus palabras.
Ismene: …y le dijo Ariadna a Teseo ¿Qué laberinto? Tal vez, algún día, escriba sobre Minotauro. Gracias.

27/2/06 06:16  

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