Año Nuevo

Con cada amanecer un nuevo día y con él, una nueva vida [un designio]. Con cada vida una nueva esperanza. Odres llenos, henchidos deseos. Cada ciclo un inicio y con él un dilema. Dilemas: divididas razones y con ellas, los motivos, el movimiento. El propio hecho de que cada ciclo emerja en espiral recurso de vivencias buscando la memoria humana —¡cómo quisiera convertirla en instinto!— fija encrucijadas. Todo parametrizado de hitos, mojones del camino, un día, un mes, un año… ¡Qué más da!, si cada despuntar trae nuevo un despertar pletórico donde las vivencias se estrenan vírgenes, cada atardecer un ocaso en el que surgen los sueños con la argentea voluntad de transportar los espíritus celestiales [libres]. Quien lo vive, depura su alma con cada vibración de la impresionante danza cósmica que fija los avatares, ¿no sientes la caricia de los haces de luz a mediodía? ¿y el susurro voluptuoso, el azul argenteo de la noche? ¿Te siguen sirviendo las fechas?