19 julio 2005

Sortilegio de Emociones


Desentumece el ánimo; inicia el sinfín de experiencias que empapan los sentidos cuando embarca en el sortilegio que busca la perfecta simbiosis de la piel con la piel, el vaho de los alientos que se encuentran, la energía de las miradas que se unen encontrando el espejo del alma y sumergiéndose con el ensueño sostenido de los espíritus que en la oniromancia buscan el presente, tan sólo el presente. En otros momentos, en los que sucede la distancia, acude la intranquilidad al espíritu y, junto a la ciega esperanza, la eterna espera de las horas que resisten a pertenecer al pasado, el brusco empuje de aquello que quiere salir del pecho a golpes que ahogan y los persistentes desalientos que desalojan al sueño, al descanso. Todo en una alocada noria, en un remollino, en un salto al vacío, siempre con la esperanza de conseguir un ramo de constelaciones para ofrecerlo con total desprendimiento a la fe que con ternura baña los pensamientos de ilusión venidera.